Octubre de 2021
A mediados de este mes, el Gobierno de España tiene planeado realizar una subasta de hasta 3.300 MW de potencia producida totalmente de origen renovable, concretamente de origen eólico y fotovoltaico.
Esta producción se debe de realizar en períodos breves de tiempo, ya que el objetivo de esta subasta energética es intentar paliar de alguna manera los efectos de la constante subida de precio de la electricidad, que está alcanzando límites históricos y se espera que siga subiendo de forma constante o incluso exponencial en las próximas semanas (actualmente, se han superado con creces los 200€ por MWh, llegando a picos de subida diarios de hasta 240 € ). El motivo de esta subasta es debido a este aumento en el precio de la luz.
Podéis consultar un artículo anterior en el que hablaba sobre la relación entre las Energías Renovables (EERR) y el precio de la electricidad.
En la siguiente gráfica se representa la variación del precio horario de la luz a finales de 2020 y comienzos de 2021 en España (Fuente: OMIE), la cual oscila entre valores muy pequeños, rondando los 2 € el MWh a las 3-4 de la madrugada (a la izquierda de la figura) hasta una oscilación entre 120 y 75 € el MWh (a derecha de la gráfica):
Es importante tener en cuenta que la factura de la luz depende del tipo de contratación que se tenga; si el precio es fijo o existe una subasta diaria.
Para contextualizar este artículo, hay que introducir qué es la subasta eléctrica. A diario se realiza una subasta en el mercado eléctrico en la que se establece o fija el precio que tendrá la electricidad al día siguiente. Es decir, la energía que se compra hoy es la que se suministrará mañana. En España, esta subasta está regulada por el Operador del Mercado Ibérico de la Energía, el cual establece el precio para cada hora del día. Estas subastas están regladas por la ley de la oferta y la demanda, como se observa en la siguiente figura (Fuente: OMIE).
En esta gráfica se representa el precio de compra de la electricidad (la demanda) y la oferta de precio de venta, que es el precio con el que se vendrá la electricidad a una hora determinada en un día determinado. Es este precio el que varía según los agentes generadores de energía. Esta operación se repite cada hora, lo que explica las oscilaciones en el precio de la luz a lo largo del día, y lo que hace que en las horas de más demanda el precio se encarezca, logrando los picos de máximo precio diarios que se observan en los telediarios y noticiarios.
En esta subasta no todas las energías cotizan de forma equitativa, aquellas energías que no necesitan de combustible para su producción (las EERR como la eólica o fotovoltaica) se ofertan en el mercado a un precio de 0€.
Otras, como el gas natural, tienen un precio mayor, debido a que utilizan combustibles como materia prima de producción de energía y su obtención
es más costosa y complicada, teniendo también en cuenta los “bonos de carbono”, créditos que las empresas tienen para poder adquirir los derechos de emisión de dióxido de carbono.
La incorporación de las EERR al mercado energético es de vital importancia para abaratar el precio de la energía eléctrica, ya que se produce un desplazamiento del precio de las energías producidas por otros medios más contaminantes y caros.
No es la primera vez que se realiza una medida como esta, ya en 2020 se hizo algo similar. En este caso los plazos de tiempo son más limitados, creando una reserva de 600 MW para energía eólica o fotovoltaica, teniendo que estar construcción en un plazo de 1 año, y en funcionamiento antes de otoño de 2022. Esta medida pretende no solamente abaratar la electricidad, sino también generar puestos de trabajo para la construcción de las centrales renovables, instalaciones, etc.
Una reserva de 300 MW está reservada para instalaciones fotovoltaicas pequeñas (de en torno a 5 MW o menos) con un carácter local, ya que un factor a tener en cuenta es la cercanía de los parques energéticos con las zonas de distribución. Es también una medida para apoyar a los sistemas de generación distribuida, que son más eficientes a la hora de necesitar de menos infraestructuras para distribuir la energía, disminuyendo así las pérdidas.
Un aspecto a destacar de esta subasta es la inclusión de las buenas prácticas ambientales y sociales, la información a la ciudadanía de las medidas que se van a aplicar y el fomento de la participación ciudadana.
Durante el presente año están organizados otras subastas energéticas para seguir conteniendo, o al menos intentándolo, la imparable subida del precio de la luz, con mínimos de 200 MW para energía solar térmica y 140 MW de biomasa. Estas subastas permiten percibir ingresos mediante la venta de energía en el mercado, ya que el precio de la venta se calcula a partir de los resultados de las subastas.