La ciberseguridad en la era de la Inteligencia Artificial
El mundo actual no puede entenderse sin la tecnología. Prácticamente vivimos rodeados de tecnología en todos los ámbitos de la sociedad. Es difícil abstraerse de dichas tecnologías. Porque, nos guste o no, estemos a favor o seamos más reacios a la misma, controla nuestra vida. Incluso esas personas que aborrecen de la tecnología, que prefieren vivir un estilo de vida más analógico, al final, su vida es pura tecnología: desde el momento en que le realizan unos análisis clínicos, hasta cualquier compra, aunque sea en un establecimiento o comercio local. Al final, directa o indirectamente, estamos rodeados de tecnología y esta mueve los hilos de nuestra vida, nos guste o no.
De la misma forma, por tanto, que incluso a los más esquivos a la tecnología, pudiera serle transparente esa influencia, la ciberseguridad y la inteligencia artificial, sin que lo sepan, también está ya en sus vidas. De una forma, nuevamente, más o menos transparante y con un impacto mayor o menor.
No es casual que la Unión Europea, y sus estados miembros, cada vez con más ahínco sigan desarrollando reglamentación tanto para el ámbito de la ciberseguridad como para el ámbito de la inteligencia artificial (https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/policies/cybersecurity-act y https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/policies/regulatory-framework-ai, a modo de ejemplo).
Y es que nos debe preocupar mucho que no se cometan abusos en nombre de la tecnología. Se deben conocer sus beneficios, al igual que sus riesgos. Es ahí donde la ciberseguridad se ha convertido en un aliado imprescindible para los ciudadanos, para la sociedad en su conjunto.
En este pequeño artículo veremos su relación y cómo la inteligencia artificial potencia, aún más, si cabe, a la ciberseguridad.
Pilares fundamentales
Dichos ámbitos tecnológicos, tanto la ciberseguridad como la inteligencia artificial, han pasado a ser pilares fundamentales para la protección de datos y de la información, incluyendo los sistemas. La unión de ambas disciplinas no hace sino revolucionar la forma en la que la sociedad, las personas y las organizaciones, públicas y privadas, nos enfrentamos a las amenazas cibernéticas, facilitando la existencia de capacidades de prevención, detección, protección, respuesta y recuperación más robustas y adaptativas.
La Evolución de la ciberseguridad
La ciberseguridad ha evolucionado enormemente desde sus inicios. Desde la seguridad informática a una más amplia seguridad de la información, encontrándose embebida en ambas disciplinas la ciberseguridad. En sus inicios, estaba muy enfocada a la protección de sistemas individuales y redes locales. Pero es con el auge de Internet y la interconexión global, donde y cuando las amenazas se han multiplicado y diversificado hasta niveles muy altos. A día de hoy, esas amenazas siguen aumentando en número y en peligrosidad, lo que nos lleva a un aumento de la probabilidad de ser atacados y del impacto que eso provocaría, en definitiva, a un aumento del riesgo: desde ataques de phishing y malware hasta sofisticados ataques de ransomware y amenazas persistentes avanzadas (APT).
El Papel de la Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial, con su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y aprender de ellos, representa una herramienta poderosa para la ciberseguridad. Se puede hacer mención a algunos ejemplos prácticos reales de uso para mejorar la ciberseguridad:
- Detección de Amenazas: los sistemas basados en IA pueden identificar patrones anómalos en el tráfico de red y en el comportamiento de los usuarios, permitiendo la detección de amenazas en tiempo real. Algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) pueden analizar datos históricos para predecir y prevenir ataques futuros.
- Autenticación y Control de Acceso: la IA mejora los sistemas de autenticación mediante el uso de biometría y análisis de comportamiento, garantizando que solo los usuarios autorizados tengan acceso a información sensible.
- Análisis de Vulnerabilidades: sistemas de IA escanean de forma continua redes y sistemas en busca de vulnerabilidades, recomendando parches y soluciones antes de que sean explotadas por atacantes.
- Respuesta a incidentes automatizada: reduciendo el tiempo de reacción y minimizando el impacto de los ataques, por tanto, minimizando el riesgo. A modo de ejemplo, puede aislar automáticamente una máquina infectada para evitar la propagación del malware.
Desafíos y Consideraciones Éticas
Sin perjuicio de los beneficios evidentes de la aplicación de la IA en el campo de la ciberseguridad y, por tanto, para la protección de la sociedad, su uso no siempre está exenta de retos o desafíos. Por ejemplo, la ineficiencia e incertidumbre, incluso el riesgo de falsos positivos, donde una actividad legítima podría identificarse erróneamente como una amenaza. Esto podría llevar a interrupciones innecesarias y a una pérdida de confianza en los sistemas de seguridad. O en países con un uso “indiscriminado” o poco ético de la IA podría conllevar, por ejemplo, detenciones preventivas de ciudadanos inocentes.
Tampoco hay que minimizar el riesgo de que algoritmos de IA puedan ser un objetivo para los atacantes. Estos algoritmos de aprendizaje automático y los datos de los que se nutren, podrían llegar a ser manipulados, alterados, mediante ataques de envenenamiento de datos (data poisoning), donde datos maliciosos son introducidos para alterar el comportamiento del sistema.
Es por ello, que, por mucho beneficio que pudiéramos darle a un uso de la IA, siempre habrá que tener en cuenta toda consideración ética. Implementar la IA en la ciberseguridad es algo que debe hacerse de forma transparente, trazable y responsable, garantizando o minimizando el riesgo de que no se violen los derechos de privacidad de los usuarios. Es, para ello, fundamental, definir e implementar marcos regulatorios y estándares éticos que sean aplicables en el uso de estas tecnologías.
El Futuro de la Ciberseguridad con IA
Si es siempre complicado hablar del futuro en ciberseguridad, dada la naturaleza cambiante y su constante y rápida evolución, más aún es hacerlo de la IA, donde cada mes hay novedades impactantes, prácticamente. Sin embargo, sí que la unión de ambas creemos que es muy prometedora. La evolución de la IA deberá implicar, necesariamente, sistemas de seguridad más inteligentes y capaces. La mutua colaboración entre humanos y máquinas será clave, de forma que logremos que se combinen la intuición y experiencia humana con la capacidad de procesamiento y análisis de la IA.
Se debe seguir apoyando tanto la investigación como el desarrollo en este campo y su evolución. De forma controlada. Seguiremos atentos y aplicando, cuando se pueda, técnicas como el aprendizaje profundo (deep learning) y las redes neuronales, en aras de continuar mejorando las capacidades para una mayor protección y recuperación.
En definitiva, sí a la ciberseguridad y sí a la IA. Sí a su uso responsable y controlado, ya sea de forma consciente o inconsciente.
