La forma en que aparece el viento (velocidad, dirección, turbulencia, etc.) es complicada de predecir debido a que depende de distintos factores globales y locales tales como: rotación de la tierra, posición de la luna, diferencia de temperaturas global y local, orografía del terreno, rugosidad de la superficie, obstáculos, etc.
Simplificando, el viento se obtiene por la combinación de dos variables: la velocidad y la dirección. Debido a esto, es por lo que se considera como un vector con módulo velocidad y dirección.
El gradiente de velocidades es mayor cuanto mayor sea la diferencia de presiones y su movimiento viene influenciado por el giro de la Tierra.
En las zonas donde la radiación solar es más intensa, como en el Ecuador, el globo terrestre acumula calor principalmente en el océano, calor que se pierde en los Polos. Sin embargo, ni el Ecuador ni los Polos vienen a ser, por término medio, los lugares más calientes o más fríos de la superficie terrestre.
Sólo estudios y observaciones exhaustivos, que pueden obtenerse gracias al avance de la informática que consigue, gracias a la mayor potencia de los ordenadores, mayor cálculo incidiendo directamente en los resultados de los métodos estadísticos, que cada vez más nos acercan a los valores reales. Con los modelos de datos obtenidos, se puede intentar estimar el potencial eólico de un emplazamiento concreto.
La primera etapa consistirá en el estudio anemométrico (medición de la velocidad del viento) del lugar donde se planea instalar el aerogenerador. Una de las técnicas más usadas actualmente para este propósito es la elaboración de una Rosa de los Vientos.
Las medidas que se toman más importantes son:
• Recopilación de datos de la velocidad que el viento tiene en el lugar escogido.
• La frecuencia de velocidad que se presenta en un período determinado (para estudios anemométricos corrientes se recomienda realizar las mediciones durante un año).
• Establecimiento de las direcciones más frecuentes en las que el viento sopla.