El mapa de riesgos constituye una herramienta fundamental en el análisis de riesgos penales y la confección de programas de cumplimiento normativo, en la que la finalidad es identificar y medir los riesgos a los que está expuesta la organización, proporcionando una visión amplia de la exposición global de la organización a dichos riesgos.
La elaboración de un mapa de riesgos puede resultar compleja, ya que se necesitar recopilar mucha información sobre la persona jurídica. Su elaboración, diseño y estructura dependen de la actividad empresarial en el que se va a implementar el programa de Compliance.
¿Cuáles son las fases para la elaboración de un mapa de riesgos?
- Conocimiento de la situación empresarial: Adquirir un conocimiento profundo de la empresa y actividad que desarrolla.
- Identificación de riesgos: Detectar y conocer los riesgos que afectan al negocio reflexionando acerca de la organización. La idea es conocer la verdadera exposición de la empresa ante posibles delitos y, para ello, es importante conocer todos los escenarios tanto de la empresa, como del producto o servicio que ofrece. Cada organización es distinta, por lo que la identificación del contexto es fundamental para marcar las diferencias y evaluar los riesgos concretos a los que se encuentra expuesta.
- Identificación de controles: Definir diferentes tipos de controles: controles preventivos, controles correctivos y controles detectivos. Estos últimos están enfocados a gestionar el riesgo una vez materializado, esto es, a detectarlo, al mismo tiempo que ponen de manifiesto la eficacia de los controles preventivos.
- Análisis de riesgos: Valorar los riesgos y categorizarlos en función de una escala predefinida de niveles, relacionando entre la probabilidad de que realmente se pueda materializar el riesgo en la organización y el impacto que generaría esta materialización. El impacto puede ser contemplado desde diversas ópticas: posibles sanciones legales, pérdida de clientes, daños a la imagen de la empresa, reclamaciones de terceros, etc.
- Evaluación de riesgos: Determinar qué riesgos pueden ser asumidos por la empresa y cuáles no. La información recopilada en los pasos anteriores se plasma en una representación gráfica.
La elaboración correcta de un mapa de riesgos es esencial para la prevención de delitos y por ende para mantener la salud reputacional de la empresa, fomentando la cultura de cumplimiento y poniendo en práctica el Buen Gobierno corporativo.
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