Es muy usual entre los ejecutivos, gerentes y encargados de áreas de una empresa ser renuentes a tomar decisiones; muchas veces optan por recomendar, dar 2 o 3 posiciones (y esperar que el CEO sea quien decida) o se limitan a brindar información para que sean otros quienes tomen las decisiones.
Sin embargo, hay momentos en que estas decisiones deben de partir de estos ejecutivos o funcionarios y es allí donde nos topamos con una incapacidad para decidir.
Esto no es un defecto; en realidad puede ser una condición del ser humano debido a su capacidad racional.
Uso de la razón para la toma de decisiones
El ser humano tiene como instrumento de supervivencia el uso de su razón y para ello debe de comparar diferentes alternativas; debe de sopesarlas y, luego, decidir un rumbo de acción.
En este camino, las diferentes opciones muchas veces pueden confundir o pueden llevar, a quienes corresponde tomas las decisiones, a darse cuenta que los resultados de su decisión pueden ser negativos; esto lo convierte, según algunos estudiosos, en un “animal” renuente a la toma de decisiones.
Se ha estudiado casos de tribus para ver sus comportamientos de caserías, ir a la guerra o hacer cosechas o siembras y se ha encontrado que muchos casos este tipo de decisiones tan importantes están relacionadas con actos de magia, el azahar o hechos no racionales.
Adicionalmente, otros estudios indican que el ser humano se pone muy tenso para la toma de decisiones y que, en muchos casos, prefiere no tomarlas para así no asumir la responsabilidad que ello conlleva.
En realidad, si uno se pone a pensar, son pocos los casos en nuestra vida en los que uno toma decisiones; muchas veces dejamos que sea el destino, otros o el discurrir de la vida que decida por nosotros.
Proceso de toma de decisiones
Como gerentes de las compañías nos pagan por resolver y por tomar decisiones, y ese es nuestro día a día.
Las decisiones se pueden tomar por intuición, pero cuanto más rigor haya en las mismas mejor que mejor. Incluso en las decisiones de emergencia, cuando más soportada este la decisión, en análisis y datos, más información soporte el análisis de alternativas mayor posibilidad tendremos de que la decisión logre los resultados esperados.
Cuando tomamos decisiones, siempre debemos de tener un objetivo, y en la medida de lo posible, mejor usar metodología para abordarlos.
- Identificar el problema, con una análisis riguroso del origen.
- Detectar las alternativas posibles para su solución.
- Proyectar los resultados posibles de las distintas alternativas y las posibles consecuencias dentro del contexto.
- Elegir la alternativa que mejor resultados proyecto conseguir.
- Controlar la ejecución de la alternativa, marcar responsable y fecha de ejecución.
- Evaluar si tras la ejecución realmente los resultados obtenidos han logrado los resultados esperados y si ha resuelto el problema correctamente.
Group think, un problema a la hora de tomar decisiones
Por último, existe un fenómeno que se llama el “group think”, que consiste en la presión que un grupo de personas ejerce sobre aquél que es disidente o que tiene una postura diferente.
Ante esto hay muchos estudios que sostienen que la persona que adopta un punto de vista opuesto al grupo termina muchas veces por callarse debido a las necesidades de ser aceptado por el éste.
Importancia de la toma de decisiones
Todos estos rasgos hacen que en más de una ocasión en los comités gerenciales se tomen decisiones pobres y de baja calidad; por ello, es clave entrenarse en la toma de decisiones, salir de la zona de confort y dejar de ser un mero consejero financiero o de otro tipo para convertirse en un activo de la empresa.
Nunca tan cierta la frase de Peter Drucker que dice que cuando uno ve una empresa exitosa sabe que alguien ha tomado decisiones. Entrenarse para ello desde nuestra formación y capacitación como ejecutivos es clave.
Los problemas y cómo abordarlo forman parte del día a día de la labor gerencial, pero no nos podemos achicar, sino abordarlos como retos de gestión.
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