Las adquisiciones en grupo permiten una reducción en los costes de compra y montaje de hasta el 30% y facilita la negociación con los proveedores.
Desde que el conocido como impuesto al sol fuese derogado el pasado 5 de octubre de 2019 y la nueva regulación clarificara sobre el autoconsumo energético, el sector viene notando un creciente interés por la instalación de placas solares con las que captar la energía suficiente para abastecer a viviendas o empresa. Comunidades como Aragón han recibido hasta 800 las solicitudes durante 2019 para nuevas instalaciones solares y fotovoltaicas en fábricas, granjas y viviendas particulares.
En este nuevo marco, han ganado presencia las empresas ligadas a la actividad que promueven compras colectivas de instalaciones de autoconsumo, una práctica que lleva tiempo funcionando en Europa y que en España ya ha arraigado en otras comunidades como Cataluña o Madrid. Este tipo de adquisiciones en grupo permiten una reducción en los costes de compra y montaje de hasta el 30% y facilita la negociación con los proveedores.
El caso de Aragón
En Aragón acaba de comenzar la primera acción, con la que se quiere agrupar a varias decenas de compradores. La idea es unir a un total de 40 interesados (particulares, entidades privadas, asociaciones…) para adquirir todos los materiales de vez. Este tipo de acciones ya se han denominado en algunos contextos ‘avalancha solar’. Esta opción está abierta a todo tipo de usuarios, bien vivan en un apartamento en la ciudad, en una vivienda unifamiliar o en una casa en el medio rural, este último entorno es donde empresas como la zaragozana Endef perciben mayor interés.
Las placas se instalan en la cubierta de los inmuebles, siempre que el porcentaje de propietarios que exige la ley lo apoyen. Para el autoconsumo compartido, aquel que lleva energía a los moradores de distintos puntos de la geografía aragonesa, basta con que un tercio de los vecinos tengan interés y lo aprueben en junta. El montaje es abonado exclusivamente por quienes usen el sistema.
Autoconsumo
El hecho de producir energía propia no tiene por qué implicar la desconexión de la red. El consumo a lo largo del día se nutre de la luz del sol, ajustándose a la definición de autoconsumo. Por la noche, cuando la placa no genera energía, si la energía almacenada no es suficiente, la electricidad llega por los cauces habituales. En caso de excedentes, estos se ven reflejados en la factura del mes siguiente, a modo de compensación económica. Las instalaciones cuentan con aplicaciones de móvil y ordenador para hacer un seguimiento a tiempo real de la generación energética.
Costes y ahorros
Los kits de autoconsumo tienen diferentes precios, en función de si se van a ubicar en una vivienda pequeña (unos 4.000 euros) o una empresa mediana (alrededor de 32.700 euros). En medio hay instalaciones que oscilan entre los 4.800 y los 11.500 euros.
El sistema está pensado para el autoconsumo, y aunque el ahorro es notable, el sistema no está pensado para generar ingresos. La producción de energía para producir ingresos corresponde a otro modelo, con otras exigencias y, con un despliegue de instalación mucho mayor.
En cuanto a los ahorros, la compañía que promueve la primera compra colectiva en Aragón, pone el ejemplo de una comunidad con 16 viviendas: con una potencia de 10kW generada por 33 paneles (53 metros cuadrados) se generaría un ahorro de 15.700 kWh, lo que en la factura anual se reflejaría en un ahorro de 1.884 euros. La amortización de la instalación, siempre según las estimaciones de la empresa, tendría lugar pasados seis años y medio de la misma.