También conocida como la ley de protección de denunciantes o Directiva Whistleblowing, la Directiva (UE) 2019/1937 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 23 de octubre de 2019 relativa a la protección de las personas que informen sobre infracciones del Derecho de la Unión, es una norma que será de obligado cumplimiento para todas las entidades jurídicas con 50 o más empleados, ya pertenezcan al sector público o privado.
Directiva Whistleblowing
La Directiva, publicada en el DOCE con fecha 26 de noviembre de 2019, tiene como fecha límite para su transposición por los Estados Miembros el próximo 17 de diciembre de 2021, con excepción de las organizaciones que cuenten con un número de trabajadores de entre 50 y 249, cuya implementación se verá ampliada hasta diciembre de 2023.
Pero, ¿qué se busca con esta Directiva? El propósito básicamente consiste en establecer un mecanismo de denuncia y protección a aquellas personas que alerten de cualquier irregularidad dentro de sus organizaciones, ya sean públicas o privadas, garantizar la transparencia y combatir la corrupción. Además, la Directiva hace especial hincapié en la protección de las personas denunciantes, de tal modo que puedan salir reforzados, protegiéndolos de cualquier represalia.
Para tal fin, las organizaciones deberán tomar una serie de medidas para asegurar el cumplimiento de esta Directiva, entre las que podemos destacar: la creación de canales de denuncias anónimas, la designación de una persona o departamento que se responsabilice del seguimiento y acompañe a la persona denunciante, la facilitación de información al alertador sin que exceda los tres meses, la garantía del cumplimiento del Reglamento (UE) 679/2016 de Protección de Datos y la garantía de los registros de cada denuncia, entre otras.
Es evidente que esta Directiva estrecha la mano a los denunciantes; pero, es obvio también que, gracias a ella, las organizaciones pueden beneficiarse considerablemente, ya que, al tender puentes entre personas empleadas y organización, se anima a estas a plantear sus preocupaciones internamente, con lo que le otorga a la organización la oportunidad de identificar y corregir los riesgos derivados de las mismas, anticipándose y tratando de mitigar los daños financieros y de reputación.