La independencia del Compliance Officer
En el mundo empresarial y en el ámbito organizacional son muchas las normas no escritas o meras tendencias, hábitos o costumbres de relativa aplicación.
Al inicio de toda trayectoria profesional, lo normal es no desempeñar cargos de responsabilidad, o mejor dicho, de mucha responsabilidad. Y es que responsabilidad en el ámbito laboral tenemos todas las personas que realizamos nuestras tareas en el seno de la empresa en la que cada uno desarrolla su actividad, incluso en el caso de ser “nuestros propios jefes” por tener nuestra propia firma. La responsabilidad como tal es algo inherente al desarrollo de un trabajo, sea cual sea este, la diferencia se encuentra en el estatus o nivel en el que nos encontremos y, por tanto, ahí es donde correspondería la graduación de tal responsabilidad. Creo que esta aclaración es suficiente para centrarnos en lo que se pretende exponer en las siguientes líneas en referencia al título del presente artículo.
Normas presentes en el artículo
Una de esas normas no escritas o costumbres de aplicación en ciertos ámbitos bien puede ser la conocida expresión de “la soledad del jefe”, que viene a querer decir que cuanto más arriba se encuentra más distancia existe entre él y los colaboradores, viéndole éstos como la persona que “dirige”.
Pues bien, si nos traemos esto a colación del título de este artículo, la independencia del Compliance Officer, podría malinterpretarse la reflexión anterior.
Ser Compliance Officer y ser Jefe o Director de un Departamento o Área puede que guarden alguna similitud en cuanto a rango o importancia si bien lejos de considerar que la independencia del Compliance Officer implica o conlleva “la soledad del jefe”. Nada más lejos de la realidad en tanto supondría un silogismo inaplicable. Nada tiene que ver la una “soledad” con la otra “independencia”.
Soledad del jefe: en el caso de Compliance Officer
Tal y como he explicado al principio, según mi entender, sobre lo que considero como “soledad del jefe”, en el caso del Compliance Officer no nos deberíamos plantear esto, y sí su verdadera independencia, que no soledad o aislamiento, de cualquier otro «responsable” de la Organización salvo de la Alta Dirección u órgano de Gobierno (si existiera). Esa, y no otra, es la auténtica independencia que esta función necesita y requiere para realizar correctamente sus funciones, sin intromisiones, cortapisas o impedimentos interesados con afán de encubrir u ocultar conductas no deseadas. Ser independiente no significa estar solo, de ahí que un Compliance Officer, por el mero hecho de tener independencia para ejercer su función, no equivale a decir que “está solo en la Organización”. La independencia no significa aislamiento, al contrario que la soledad. Actuar con independencia no equivale a considerar que no cuentas con nadie o que estás solo, en definitiva.
Conviene destacar que el perfil de un Compliance Officer debe tener, entre otras cualidades, equilibrio, ya que a lo largo de su desempeño tendrá algún que otro momento de “sombra” en el que su confidencialidad y prudencia deberán guiarle por un camino que habrá de recorrer en solitario, sin la compañía de aquellos que considera amigos o compañeros. Lo que nos lleva a pensar en lo que tenemos que manejar cuando se nos plantee si la función se lleva a cabo en solitario o con independencia. Y si no es suficiente el equilibrio, contaremos con la templanza, otra cualidad inherente a la posición de Compliance Officer, y una muy buena competencia para autogobernar esa independencia de la función.
Sólo de este modo podremos hablar de la independencia, de verdad, del Compliance Officer. Esa soledad del jefe no debe aplicar para esta función, puesto que, si nos atenemos a las funciones que debe poseer un buen profesional para desempeñar tal posición, como por ejemplo formar, asesorar, responder y atender consultas, informar, concienciar, trasladar la cultura de la Organización tanto hacia adentro como hacia afuera, proponer mejoras, etc., sería del todo imposible acometerlas estando aislado o levitando en un espacio superior, distanciado del resto de la Organización.
¿Qué opinan los propios Compliance Officer?
Como dato más/menos científico sobre la independencia del Compliance Officer, la mayoría de los profesionales que ocupan dicha función en las grandes empresas (un 60% aproximadamente según un estudio realizado por la firma EY) consideraban que no gozaban de una independencia como tal, para llevar a cabo sus funciones, sólo un 40% consideraban que tenían una independencia suficiente como Compliance Officer. Viendo este dato, me pregunto si esa falta de independencia es sinónimo de soledad o de “intrusión” en la función. Bien pensado, creo que ambas pueden darse en tanto por un lado, un Compliance Officer comprometido que no tiene independencia puede encontrarse “solo” desempeñando la función por falta de compromiso de la Alta Dirección u Órgano de Gobierno correspondiente a la vez que, por otro lado, puede que su labor esté siendo “fiscalizada” o intervenida de modo que no goce de la independencia necesaria para supervisar y controlar el Programa de Compliance.
Si analizamos este dato y lo situamos en el contexto empresarial en el que se ha de considerar, imaginémonos qué podría sentir un Compliance Officer de una pyme o micropyme en cuanto al ejercicio de sus funciones de forma independiente. Lo más seguro es que se produzca una mayor injerencia en dicha independencia, al tratarse de un segmento de empresa menor y, por tanto, más fiscalizadora en cuanto a la cercanía de los gestores con el negocio y, por extensión, el Compliance. En estos supuestos lo más probable es que dicha figura coincida con un miembro de la Alta Dirección u Órgano de Gobierno.
En definitiva, la independencia del rol, en mi modesta opinión, está muy relacionada con el grado de madurez de las Organizaciones…o de los Compliance Officers.
Por ello, independencia, siempre. La soledad no es el camino…
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