Miradas desde el emprendimiento

Una vez en un taller escuche la siguiente afirmación:

“Las empresas serían un lugar lindo para trabajar si no fuera por los clientes”

Aunque parezca irónico, esta visión es mucho más extendida de lo que se cree entre el personal, funcionarios y trabajadores de una empresa. 

Perspectivas sobre el cliente

El percibir al cliente como alguien fastidioso, que quita tiempo o que siempre está dispuesto a hacernos trampa es más frecuente de lo que creemos y, lamentablemente, proviene de no entender la naturaleza del cliente y qué significa una empresa.

Por eso, es necesario darle siempre una mirada desde el emprendimiento a las actividades empresariales y compartir esto de manera permanente con nuestros colaboradores. 

En este artículo quiero compartir algunas de estas perspectivas, que espero les sean de utilidad.

1. Recuérdele siempre a sus colaboradores que quién les paga el salario no es ni la empresa, ni los accionistas, ni los dueños, ni la dirección; son los clientes, quienes al comprar a la empresa, permiten que ésta tenga recursos. Son ellos, los clientes, quienes pagan el salario del personal de una empresa. En algunos casos, yo me atrevería hasta a sugerir que en las boletas de pago se indique que se paga la retribución salarial en nombre del cliente.
2. Fomente permanentemente el encuentro de los colaboradores de la empresa con los clientes de forma que los últimos puedan hacerles llegar sus opiniones, criticas, sugerencias y oportunidades de mejora y que sientan que, para la dirección de la empresa, la opinión más importante provendrá siempre del cliente.
3. Muchos empresarios tienen el temor o sienten la amenaza de que sembrar el espíritu emprendedor en sus trabajadores acabará con su empresa. Esto les produce cierta angustia y les hace creer que los trabajadores terminarán haciendo un negocio y dejando la empresa y, en el peor de los casos, aprenderán lo necesario y luego optarán por hacer un negocio de competencia. Sin embargo, no se dan cuenta que esta es una posibilidad que siempre está presente y que no podrá impedirse, con independencia o no de que no se hable de emprender en el trabajo. 

Pensamiento de emprendimiento

Ello no debe ser percibido como una amenaza; por el contrario, los empresarios deberían fomentar que el personal de su empresa tenga un pensamiento de emprendimiento y que se sienta un intraemprendedor, es decir, que se comporte como si fuese dueño de la propia empresa. 

Lo peor que uno puede tener en una organización es gente que piense siempre dentro del paradigma de ser empleado y que se comporte únicamente como tal. Debe saber reconocerse a un emprendedor dentro de una empresa porque es una joya que hay que cuidar. 

Hable con sus ejecutivos, gerentes y personal de liderazgo y responsabilidades para que transmitan este espíritu empresarial a sus colaboradores. Son ellos los que tienen que demostrar, primero que nadie, el espíritu emprendedor dentro de la corporación, lo cual se traduce en tratar a los clientes como si fuesen suyos. 

Valores del emprendimiento

Por último, si es usted el fundador de la empresa, cuente siempre su historia, inspírelos, describa a sus colaboradores cómo inició su negocio, cómo creció, las dificultades que atravesó, las caídas y levantadas, y, sobre todo, cultive internamente los valores del emprendimiento: 

• Orgullo por lo logrado, ser productivo.
• Buscar avanzar por cuenta propia.
• Tener autoestima.  

Transmita  el espíritu empresarial y emprendedor dentro de las organizaciones y haga sentir a sus trabajadores el orgullo de pertenecer a su empresa y que es el gerente de su área de responsabilidad, sea esta cual sea. 

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Recuerde que el paradigma del mundo del empleo ya se acabó; felizmente estamos ahora en el mundo de la empleabilidad y, junto con ello, en el del emprendimiento que, como lo hemos indicado, no solo es posible dentro de la empresa sino deseable. 

Solo con intra-emprendedores dentro de una empresa,

ésta podrá ser competitiva y lograr el éxito.