En los últimos años, el paradigma de ser “empleable” ha dominado el área de los recursos humanos, volviéndose casi un requisito para contratar a cualquier ejecutivo. Y, es claro, alguien empleable tiene muchísima más chance de ser contratado en una corporación.
Siguiendo este paradigma, se buscaban funcionarios que hayan apostado por mejorar sus carreras con estudios y maestrías, que puedan demostrar logros y conducción de su propia carrera en las empresas, que no se hayan mantenido mucho tiempo en una misma posición y, por último, que hayan pasado por empresas formadoras y reputadas. Todo esto convertía, sin lugar a dudas, a un ejecutivo en alguien empleable, es decir, alguien atractivo de contratar para cualquier negocio.
Si trasladábamos esto a las posiciones financieras de una empresa encontramos que si el ejecutivo se capacitaba por su cuenta en las nuevas formas de determinar la rentabilidad de los negocios (los ROI, los EBITDA y todos los nuevos conceptos), si demostraba que había pasado de ser un mero analista a alguien a quien se le encargaba un proyecto o, mejor aún, alguien que podía “quitar la grasa” que mermaba la competitividad empresarial y daba mayor rentabilidad al accionista, entonces empezaba a ser atractivo de retener para la dirección de la empresa.
Si a esto le sumábamos experiencia en corporaciones, iniciativa dentro de la empresa, un buen márketing personal y actividades “extracurriculares”, entonces la tasa de empleabilidad parecía estar asegurada. Sin embargo, esto pareció no ser suficiente para el mercado laboral que igual empezó a prescindir de muchos “financieros empleables” y que, además, comenzó a percibirlos como “caros” para el negocio. Así llegaron las épocas de las grandes reducciones, de recortes, de programas de retiros y outplacement en medio de una crisis que parece volverse una constante.
Es en este contexto que aparece otro paradigma para la formación del financiero (y en realidad de cualquier ejecutivo de soporte o staff): El intraemprendimiento. Un nuevo concepto que ocupa el interés de los empresarios y dueños de los negocios que aspiran a tener socios y no funcionarios en las primeras líneas de las empresas.
Pero… ¿qué es el intraemprendimiento?
Bueno, la palabra ya nos remite al concepto de emprender, que alude a las personas que avanzan por su cuenta, asumen riesgos y están dispuestos a conducir sus propios proyectos. Son estas precisamente las cualidades que buscan ahora los dueños de los negocios y los accionistas, enfrentados a quienes están solamente en el mundo del trabajo y se consideran solo empleados o empleables. En otras palabras, el intraemprendimiento significa un paradigma superior a los antes señalados.
Entonces nos surge otra pregunta ¿Cómo me vuelvo un intraemprendedor y así ser alguien atractivo para las nuevas perspectivas del mundo laboral? La respuesta es más con actitudes y valores que con conocimientos y técnicas. Un emprendedor dentro de una empresa o un intraemprendedor es alguien que demuestra querer avanzar por su cuenta sin esperar a que la empresa le haga la carrera, es alguien que se pregunta constantemente cómo aumentar el valor de los productos o servicios del negocio como si fuese su dueño, es alguien que trata al cliente como si fuese suyo y, sobre todo, que cree en el crecimiento de las empresas en lugar de estar sospechando de ellas.
En este nuevo paradigma, tendrán ventajas los financieros que se ven como dueños del negocio o que sueñan con tener alguna vez su propio emprendimiento, los que miren las cifras no para maquillarlas o satisfacer al consejero delegado sino pensando a largo plazo como si ellos mismos fuesen accionistas, aquellos que estén siempre enfocados en el cliente más que en complacer a tal o cual director creyendo que así sobrevivirán a cualquier recorte. El mejor seguro de desempleo es ser un intraemprendedor; el reto de su empleador será retenerlo para que no haga su empresa en algún momento.
Conoce al autor de este post, Nano Guerra, emprendedor y consultor de negocios especializado en planeamiento estratégico para medianas y pequeñas empresas.