Los días se acortan cada vez más; no solo por el sol que se pone antes, sino porque los últimos días de vacaciones del contable el reloj parece acelerar su ritmo y las horas parecen menguar al igual que las horas de luz. Las vacaciones se acaban para los contables, muchos de los cuales habrán disfrutado en agosto de unos días de asueto.
El trabajo espera no solo para aquellos que afortunadamente lo tienen, y no han tenido la desagradable sorpresa de recibir un burofax notificando el despido durante sus vacaciones, sino también para aquellos que se dedican a la búsqueda activa de empleo y que tienen puestas sus esperanzas en volver a la actividad en septiembre, un mes bueno para encontrar trabajo en tareas de contabilidad, al haber terminado las empresas un ciclo contable con la presentación de las cuentas anuales y el Impuesto de Sociedades el pasado mes de julio.
El regreso al trabajo empieza antes de la vuelta a la oficina, ya que en el trayecto de ida podemos dedicar un tiempo a planificar nuestra reentrada, sino lo hemos hecho ya antes. Algunas de las cosas que pueden hacer los contables a su vuelta de las vacaciones son las siguientes:
Mantener una breve reunión con superiores y colaboradores
Es importante informarse de la situación de las tareas si otros compañeros te han sustituido durante tus vacaciones y enterarse si hay algún tema importante que requiera atención inmediata según tus superiores o subordinados. Es recomendable que estas reuniones sean breves y concisas, ya que a buen seguro, durante las vacaciones, se ha acumulado carga de trabajo y todo minuto es valioso para ponerse al día cuanto antes.
Lo que el jefe ordene
Tanto si se es contable, como jefe de administración o director financiero, todos ellos se encuentran bajo las ordenes de un superior, que puede trastocar cualquier planificación, con tareas urgentes. En este sentido, es conveniente procurar concretar fechas de realización de estas tareas e intentar dejar tiempo para las más importantes.
Priorizar lo importante y urgente
Intentar delegar si es posible lo urgente y no importante. No todo lo urgente es importante. En relación a lo importante y no urgente se pueden fijar determinadas horas durante los siguientes días. Asimismo, es conveniente intentar eliminar las tareas que no sean urgentes e importantes. Según la filosofía Lean, estas tareas pueden ser desperdicios y no aportar valor.
Ante todo mantenga la calma
Si se ha acumulado mucha carga de trabajo, dedica un tiempo a clasificar y priorizar tareas. Es conveniente mantener el espacio de trabajo despejado y ordenado, por lo que si se clasifican las tareas y se ordena el papeleo, se podrán realizar mucho más rápido cuando se aborden. Durante los primeros días puede que se acuerde de las vacaciones, piense mejor en las próximas y ponga su trabajo al día cuanto antes.
Atención a la tesorería
Es conveniente revisar que no se ha producido ninguna desviación de las previsiones de tesorería con devoluciones de recibos o pagarés o cargos indebidos. En el caso de que se produjera alguna devolución de algún efecto comercial, es conveniente iniciar la reclamación cuanto antes. En periodos de vacaciones pueden producirse más devoluciones de lo habitual.
Revisar la bandeja de entrada del correo electrónico
Si el volumen de correos es elevado, es recomendable abrir solo los que por su remitente y asunto parezcan más importantes. No caer en el error de priorizar asuntos que no son urgentes ni importantes, por intentar gestionar todos los emails pendientes.
Revisar si existen notificaciones de la Agencia Tributaria
Si no se han pedido días de cortesía para el envío de notificaciones de la Agencia Tributaria, es importante revisar este buzón y abrirlas dentro del plazo su envío. Es importante abrirlas, pero no tienen por qué gestionarse inmediatamente si se está dentro del plazo para contestarlas.
Fuente: SAGE