La ciberseguridad es un elemento esencial para todas las empresas. Sin su aplicación, dejas expuestos los datos de clientes y trabajadores ante posibles incidentes. Si llegan a suceder, se producirán daños reputacionales y monetarios de gran calado.
La ciberseguridad en las empresas aúna las estrategias y herramientas especializadas que se enfocan en la protección de la información obtenida por la organización. Con ella, el resguardo de los dispositivos y redes es esencial para gestionar los datos que circulan.
Por qué es importante la protección de datos
La protección de datos es esencial por varias razones de peso. Al llevarla a cabo, evitas la filtración de información personal, como nombres, direcciones y números de identificación. Estos datos deben estar protegidos de accesos no autorizados, lo que exige unas medidas adecuadas. Así, se respeta la identidad de los empleados, clientes o proveedores, entre otros.
Junto con esto, se evita que se produzcan robos de identidad, un hecho que tiene consecuencias graves. Los datos personales pueden utilizarse para suplantar identidades con fines delictivos. Si no están protegidos adecuadamente, los delincuentes accederán a ellos con facilidad. Por tanto, conviene establecer acciones de prevención efectivas.
No hay que olvidar las pérdidas económicas que supone el robo de datos. La propia acción criminal llega a terminar en rescates, como en los ataques con ransomware. Pero también vas a necesitar equipos de profesionales especializados en recuperación, a quienes hay que pagar por su labor.
Cómo unir ciberseguridad con protección de datos
A la hora de proteger los datos de una empresa, debes optar por una ciberseguridad sólida y basada en unas políticas estables. Ten en cuenta estas recomendaciones:
- Desarrollo de un plan específico. Debe contener los objetivos que buscas y las acciones que se llevarán a cabo. Además, se basará en la vulnerabilidad que se haya detectado en el negocio.
- Educar a los empleados. Toda la plantilla tiene que estar formada en las mejores prácticas de seguridad. De este modo, se convierte en una capa más de protección y se evitan errores comunes. Un buen ejemplo es el uso de contraseñas débiles.
- Establecer políticas y procedimientos. Lo ideal es que resulten claros y sencillos tanto de seguir como de ejecutar. Por descontado, todos los empleados deben estar familiarizados y cumplir las indicaciones.
- Realizar pruebas de penetración. Su función es la de identificar vulnerabilidades en la seguridad de la empresa. Con su uso, consigues detectar brechas antes de que sean aprovechadas para un ataque.
- Protección para todos los dispositivos. Sería un error grave centrarse solo en los ordenadores. Los móviles, tabletas y otros dispositivos requieren de medidas específicas. Así, dispones de una defensa total en los diferentes puntos de la red de la empresa.
- Uso de contraseñas robustas. Este es un fallo muy habitual que se soluciona con protocolos de seguridad. Estos medios deben incluir recomendaciones para elaborar códigos robustos, la primera línea de defensa que debes tener en cuenta.
En suma, las empresas tienen que cuidar a fondo la ciberseguridad de sus sistemas. Gracias a las medidas adecuadas, mantendrán los datos que manejan a salvo de posibles ataques. Y para aprender todo lo que necesitas para desarrollar planes efectivos, ten en cuenta nuestro Máster en Ciberseguridad. Solicítanos información ahora.