Estimado inversor,
A continuación pasaremos a analizar lo que ha sido el primer semestre de 2021 y lo que podemos esperar en adelante.
Debemos aceptar que siempre van a haber “excusas” para no estar del todo tranquilos en los mercados financieros. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo globalizado lleno de incertidumbres por el porvenir. A ello, hay que sumarle que los medios y “expertos” tienen que hacer su trabajo, lo que conlleva que todo se magnifique.
Por ello, las correcciones bursátiles (pull backs) suceden y pueden ser sanas y necesarias, forman parte del “juego” y así es como hay que asimilarlas. Además, considero que debido al exceso de liquidez que existe actualmente en los mercados y la consecuente necesidad de invertirla, habrá que aprovechar dichos pull backs para comprar a mejores precios esperando a que vuelva a subir y no interpretarlos como un crash.
Temor a la inflación
En los últimos meses, estamos escuchando repetidamente sobre la inflación y el temor que genera en Wall Street. ¿No resulta irónico que cuando por fin se alcanza el objetivo de inflación perseguido por los Bancos Centrales se perciba como algo negativo? Tras inundar el mercado de liquidez y con las economías reabriéndose, era cuestión de tiempo que sucediese. Además, no olvidemos que algo de inflación es positivo para la economía, ya que detrás de ello hay crecimiento económico.
A pesar de que suponga unos mayores costes para las empresas, también lo serán los precios de venta de sus bienes o servicios. Lo importante ahora será estar pendientes de cómo se va estabilizando esta inflación durante los próximos meses y años, para ver si se trata de algo transitorio o se les puede haber escapado del control a los Bancos Centrales. La clave para hacer frente a la inflación es invertir en activos con retornos superiores a ésta.
Recordemos que el mercado no teme a la inflación, sino a la consecuente subida de tipos de interés. Comprendo que el mercado reaccione con nerviosismo ante una eventual subida ya que venimos de un largo periodo en el que nos hemos habituado a que unos tipos al 1% e incluso en negativo sea lo “normal”. En mi opinión, pequeñas subidas graduales no deben de ser dramáticas con el margen que hay, sino que deben considerarse como una transición hacia la “normalidad” en la que seguiremos en un entorno de tipos bajos.
Recuperación histórica de la economía americana
Para tener una visión de la situación en su conjunto, hay que analizar la evolución de los beneficios empresariales. El pasado mes de mayo finalizó la publicación de resultados del primer trimestre de 2021 y pudimos ver como más del 70% de las empresas de Wall Street batieron las estimaciones de los analistas (aunque es cierto que muchas veces sin reflejarlo en la cotización), resultando aún más sorprendente y positivo, las previsiones que muchas de ellas han dado para todo el año, “avisando” de que sus beneficios van a superar toda expectativa. Esto es absolutamente histórico.
En el primer trimestre de 2021, la economía americana ha crecido a un increíble 6,4%, y se prevé que el crecimiento anual va a ser el mayor de los últimos 37 años. Está claro que cada ciclo económico es distinto y no se pueden comparar unos con otros, pero sin lugar a duda, no había sucedido un colapso económico seguido de un boom de esta magnitud hasta ahora. De hecho, una de las preocupaciones en la actualidad es que la oferta no está siendo capaz de cubrir la enorme demanda, algo que considero un “problema” positivo y que refleja la expansión económica.
A pesar de que siempre van a existir preocupaciones en el horizonte y razones para darnos algún que otro quebradero de cabeza, debemos analizar el cocktail en su conjunto: i) recuperación económica histórica impulsada por unos niveles record de consumo, ii) bajos tipos de interés y facilidades de financiación para las empresas, iii) abundancia de liquidez en los mercados y, iv) tendencias de inversión que van a generar profundos cambios y ganancias exponenciales en determinados sectores y compañías.
En la tercera parte analizaremos los sectores en los que sin lugar a dudas, hay que estar invertido durante los próximos años para beneficiarnos de los cambios disruptivos que se están produciendo a una velocidad inimaginable gracias a la tecnología.
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