Los pagos de facilitación, denominados en inglés “facilitating payments” o “grease payments”, son pagos ilegales o no oficiales realizados a cambio de servicios a los que el pagador tiene derecho sin necesidad de realizar dicho pago y cuya finalidad es asegurar o agilizar el curso de un trámite, negocio concreto o acción necesaria.
¿Cómo son estos pagos?
Estos pagos son normalmente de pequeña cuantía y se efectúan ante funcionarios públicos para asegurar o agilizar el cumplimiento de una “rutina o acción necesaria”, a la cual, como hemos avanzado previamente, tiene derecho legal quien efectúa estos pagos.
Algunos ejemplos en que se pueden efectuar pagos de facilitación serían los siguientes: trámites en fronteras para introducir o sacar alimentos perecederos (tránsito de mercancías a través del país); dar de alta de suministros de luz o teléfono en terceros países; la obtención de permisos, licencias u otros documentos oficiales para permitir a una persona hacer negocios en un país extranjero; la obtención de determinados documentos gubernamentales como son los visados o permisos de trabajo o la protección policial, entre otros.
Pagos de facilitación y sobornos
Ahora bien, teniendo en cuenta la descripción de este tipo de pagos, se puede observar cómo se encuadran perfectamente dentro del concepto de soborno. Tanto es así, que en la mayoría de lugares son considerados soborno y se tratan como tal.
Sin embargo, y aunque en la mayoría de las jurisdicciones este fenómeno está prohibido, como es el caso de España, hay otros países, como por ejemplo Estados Unidos, donde la Foreign Corrupt Practices Act (FCPA) admite bajo determinadas circunstancias la realización de estos pagos de facilitación.
En este sentido, en ocasiones es difícil determinar cuándo se ha producido un soborno y cuándo se trata de la excepción permitida por la FCPA, puesto que existe una línea muy fina entre ambas conductas.
Y es aquí donde observamos la importancia de contar con un Sistema de gestión de Cumplimiento robusto y una gran implicación de la Alta Dirección de la organización. Todo esto va en línea con la creciente tendencia hacia la promoción de la cultura de cumplimiento dentro de las organizaciones y la eliminación de este tipo de acciones.